Cuenta una antigua historia sobre un sabio que quería enseñarle a su discípulo una lección sobre acomodamiento.
Para ello lo llevo a el pueblo más pobre que pudo encontrar, y lo recorrieron completamente hasta encontrar la casa más sencilla del lugar. Una casa que estaba a punto de caerse.
Los dos viajeros se acercaron y a su encuentro salió el dueño de la casa, con ropas sucias y rotas, y el sabio le preguntó si podían alojarse en su casa por esa noche.
El dueño acepto gustosamente, a pesar de que ellos notaron que esa familia no tenía muchos recursos.
Los pocos alimentos que tenían los compartieron en la cena con el sabio y su discípulo.
El sabio notó que la vida de esa familia giraba alrededor de algo en especial: su vaca. El dueño les contó sobre cómo la vaca era su medio para mantenerse, y por eso se aseguraban que la vaca estuviera bien.
La vaca era la diferencia entre ésta familia y muchas otras familias pobres del lugar. Al menos ellos tenían el sustento que les proveía la vaca.
Al día siguiente, el sabio y su discípulo se levantaron temprano y fueron a ver al animal que era sustento de la familia. El sabio le dijo que aprendería la lección que había salido a buscar, sacó un cuchillo y en un rápido movimiento le corto el cuello al animal que cayó instantáneamente. El discípulo no podía creerlo. Pensó en la penosa situación de la familia teniendo a la vaca, y en cómo se complicaría mucho más sin ella. Los dos viajeros se fueron antes de que la familia se levantara, pero el discípulo no podía dejar de pensar en el acto del que había sido cómplice.
Al transcurrir el tiempo el sabio le dijo a su discípulo que irían de viaje nuevamente, a buscar a la familia que fue hospitalaria con ellos tiempo atrás. El discípulo al que le costó tanto tiempo olvidar aquella situación volvía a tener los pensamientos sobre el destino de la familia. Pensaba que sin la vaca no habrían sobrevivido.
Llegaron al mismo pueblo y buscaron por todos lados aquella casa sencilla en la que se hospedaron pero no la pudieron encontrar. El discípulo pensó que tal vez al no tener su fuente de ingresos, la familia tuvo que vender el lugar e irse. De pronto, frente a una gran casa dentro de ese pueblo pobre salió el mismo señor que fue hospitalario con ellos hace algún tiempo, solo que estaba diferente. Ahora tenía buenas ropas y la casa en la que vivían no era ni la sombra de la pobre casa que tenía antes. Amablemente los invito a quedarse a comer, y les contó la historia sobre cómo llego a superarse de esa forma.
"Casualmente, el día que ustedes partieron, alguien mato a nuestra vaca, tal vez lo hicieron por envidia. Al inicio pensamos que no podríamos vivir sin ella, ya que nos brindaba lo que necesitábamos para sobrevivir, sin embargo al pasar el tiempo nos dimos cuenta que si no hacíamos nada, en realidad no podríamos vivir. Limpiamos nuestro patio trasero y empezamos a sembrar verduras. Primero solo producíamos lo suficiente para nosotros, pero después nos dimos cuenta que teníamos sobrantes y empezamos a venderlos en el mercado. Con las ganancias que obtuvimos compramos otros dos terrenos que fuimos utilizando para tener más cosechas, y de esa forma empezamos a vender en los pueblos cercanos. Y pensar que todo esto fue gracias a que ya no teníamos a nuestra vaca"
El discípulo finalmente comprendió la lección que le quería enseñar su maestro. Muchas veces tenemos una "vaca" que no permite que avancemos o que crezcamos. Nos ata a una vida de acomodamiento de la que no queremos o no podemos salir, y necesitamos deshacernos de esa vaca para superarnos.
Así que, ¿cuál es la vaca que no te permite alcanzar tu máximo potencial?