martes, 7 de diciembre de 2010

¿Quién se ha llevado mi queso? - Parte 7

"Notar enseguida los pequeños cambios ayuda a adaptarse a los cambios mas grandes que están por llegar"

Él ya se había liberado del pasado y se estaba adaptando al futuro.
Siguió recorriendo el laberinto y cuando pensó que llevaba ya bastante tiempo en el laberinto sucedió lo que esperaba: llegó a una nueva central quesera.
No podía creer lo que veía, eran las montañas de queso más grandes que había visto en toda su vida.  Por un momento pensó que todo era producto de su imaginación, y entonces vió a los ratones, que ya tenían algún tiempo de haber encontrado ese lugar.

Aprendió una lección muy valiosa de los ratones: ellos llevaban una vida simple, sin analizar en exceso, entonces cuando el queso se movió de sitio ellos hicieron lo mismo.
Se dió cuenta que es necesario adaptarse deprisa, porque si uno no lo hace, cuando pasa el tiempo es más difícil hacerlo.
Tuvo que admitir que el inhibidor más grande de los cambios esta dentro de uno mismo.
También supo que cuando uno se queda sin queso viejo hay nuevo queso esperando en otro lugar.  Y uno se ve recompensado con ese queso cuando deja atrás los miedos y disfruta la aventura de encontrarlo.

Después pensó en su amigo que se había quedado en la primera central quesera y pensó en volver por él, indicarle el camino para salir del problema.  Pero recordó que ya había intentado convencerlo y no había funcionado.  El debía encontrar su propio camino hacia la salid, dejando las comodidades y los miedos.  Nadie podía hacer eso por él.

Había aprendido de sus errores pasados y ahora inspeccionaba el queso todos los días para saber en que estado se encontraba, y así el cambio no lo tomaría desprevenido otra vez.
Incluso salía a explorar el laberinto a pesar de que aún había mucho queso, porque pensí que era más seguro tener posibilidades abiertas a encerrarse en su zona segura y confortable.

lunes, 6 de diciembre de 2010

¿Quién se ha llevado mi queso? - Parte 6

Al seguir avanzando por el laberinto llegó a una nueva central quesera, pero solamente encontró algunos pedazos de queso y comprendió que si se hubiera movido antes probablemente habría encontrado mas queso del que encontró.
Decidió llevarle unos pedazos de queso a su amigo y empezo a recorrer el laberinto de regreso.  En su camino escribió:

"Cuanto antes se olvida del queso viejo, antes se encuentra el nuevo queso"

Llego a la central quesera y encontró a su amigo allí.  Le ofreció del nuevo queso había encontrado pero su amigo lo rechazó.  El quería su viejo queso de regreso, no probar un nuevo queso.

Entonces decidió volver a la búsqueda y recorrió lugares del laberinto que no conocía.  Y ahora se sentía feliz en la búsqueda del queso, aunque no estaba seguro si encontraría mas queso, ahora sabía que no era el queso lo que lo hacía sentir feliz.  Ahora sabía que el miedo no lo controlaba.
Y decidió escribir nuevamente en la pared:

"Es más seguro buscar en el laberinto que quedarse de brazos cruzados sin queso"

Antes pensaba que el queso no debía moverse de su lugar y que los cambios no eran buenos.  Ahora veía que los cambios constantes son naturales, ya sea que uno los espere o no.  Y los cambios solo lo pueden sorprender a uno si uno no espera que sucedan.

"Las viejas creencias no conducen al nuevo queso"

Sus creencias determinaban la forma en la que actuaba, y ahora que sus creencias habían cambiado, estaba actuando de manera diferente.

"Cuando ves que puedes encontrar nuevo queso y disfrutar de él, cambias de trayectoria"

Al ir pensando en el camino se alegró de haber escrito frases en las paredes en diferentes puntos, porque pensó que le ayudarían a su amigo a seguir el camino correcto.

viernes, 3 de diciembre de 2010

¿Quién se ha llevado mi queso? - Parte 5

La persona que salió del laberinto en busca de nuevo queso aún tenía dudas.  Hacía tanto tiempo que no estaba por allí que todo le parecía desconocido.
Al estar en el laberinto recapacitó en lo que había pasado y llegó a la conclusión de que el queso no había desaparecido repentinamente.

La cantidad de queso iba disminuyendo gradualmente y el último que quedaba ya no sabía tan bien.  Entonces escribió esta frase:

"Huele el queso a menudo para saber cuando empieza a enmohecerse"

El miedo era cada vez mayor, y lo que lo aumentaba era el hecho de que se encontraba solo, y además se preocupaba por su amigo que se había quedado esperando en la central quesera.
Entre todas las confusiones escribió otra frase en la pared para que le sirviera a él como un recordatorio y a su amigo como una señal:

"Avanzar en una dirección nueva ayuda a encontrar un nuevo queso"

El laberinto se vería oscuro y eso aumento su miedo.  ¿Estará vacío? ¿Qué habrá allí adentro? ¿Habrá peligros escondidos?
Se dió cuenta que todos sus miedos no le ayudaban, solo empeoraban las cosas.  Entonces decidió hacer lo que haría si no tuviera miedo: avanzar en una nueva dirección.
Al aventurarse nuevamente se dió cuenta que se sentía libre, tenía confianza en lo que le esperaba, aunque aún no sabía lo que era.

¿Por qué me siento tan bien? - se preguntó.  Y no tardó en darse cuenta por qué se sentía así.
"Cuando dejas atrás el miedo, te sientes libre"

Y con esa sencación de libertad empezó a dibujar en su mente lo que tanto estaba buscando: se veía sentado en medio de muchos de sus quesos favoritos.  Tuvo una visión de lo que encontraría si seguía buscando.
Y mientras más clara era esa visión, más sentía que podía alcanzarla.

"Imaginarse disfrutando del queso nuevo antes incluso de encontrarlo, conduce hacia él"

jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Quién se ha llevado mi queso? - Parte 4

Un día uno de ellos empezó a reirse de sí mismo y le dijo al otro: cada día hago las mismas cosas, una y otra vez, y me pregunto por qué la situación no mejora.
Esta persona empezó a darse cuenta que el queso nunca aparecería en ese lugar, y decidió salir nuevamente al laberinto en busca de queso, pero la otra persona se había acomodado más a la situación e intento convencerlo de que salir era peligroso y no tenía la seguridad de que fuera a encontrar mas queso.

Eso lo hizo dudar un momento, pero después pensó en el nuevo queso que podía encontrar, y eso le dió fuerzas para superar el miedo.

"A veces las cosas cambian y nunca vuelven a ser como antes"

Antes de salir escribió un pensamiento en la pared para que su amigo reflexionara en el y para que se animara a salir con él a buscar queso.

"Si no cambias, te extingues"

Al ir avanzando por el laberinto vió hacia atrás y se dió cuenta de la comodidad que estaba dejando y los pensamientos de duda llenaron su mente otra vez.
Volvió a escribir una frase en la pared.

"¿Qué harías si no tuvieras miedo?"

El miedo puede ser bueno cuando te motiva a hacer alguna acción, pero es malo cuando te impide hacer algo.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿Quién se ha llevado mi queso? - Parte 3

Para las personas el cambio no fue notorio, así como lo fue para los ratones.  Ellos no se dieron cuenta del cambio que fue sucediendo gradualmente, y cuando lo hicieron fue muy tarde.  Lo peor de todo es que no estaban preparados para ese cambio.  La forma en que reaccionaron ellos fue quejarse y hablar sobre lo injusto de la situación.

"Cuanto más importante es el queso para uno, más se desea conservarlo"

Al día siguiente, las personas volvieron a la central quesera con la esperanza de encontrar queso, pero eso era imposible.
Así pasaron un tiempo sin reaccionar, analizando la situación sin encontrar respuestas.  Uno de ellos pensó que no debían analizar tanto la situación y salir a buscar mas queso, pero el otro tenía en su mente que había algún culpable de la situación y que debía averiguar por qué había pasado eso.

Mientras tanto los ratones seguían buscando y explorando el laberinto en busca de nuevas rutas.  Finalmente llegaron a una nueva central quesera llena de queso, era la mayor cantidad de queso que habían visto en sus vidas.

Las personas se basaban en sus creencias y en su experiencia, y tenían miedo de salir a lo desconocido en busca de nuevo queso.  Así que seguían haciendo lo mismo: ir a la central quesera esperando que apareciera queso nuevo, y siempre tenían el mismo resultado: el lugar estaba vacío.