viernes, 3 de diciembre de 2010

¿Quién se ha llevado mi queso? - Parte 5

La persona que salió del laberinto en busca de nuevo queso aún tenía dudas.  Hacía tanto tiempo que no estaba por allí que todo le parecía desconocido.
Al estar en el laberinto recapacitó en lo que había pasado y llegó a la conclusión de que el queso no había desaparecido repentinamente.

La cantidad de queso iba disminuyendo gradualmente y el último que quedaba ya no sabía tan bien.  Entonces escribió esta frase:

"Huele el queso a menudo para saber cuando empieza a enmohecerse"

El miedo era cada vez mayor, y lo que lo aumentaba era el hecho de que se encontraba solo, y además se preocupaba por su amigo que se había quedado esperando en la central quesera.
Entre todas las confusiones escribió otra frase en la pared para que le sirviera a él como un recordatorio y a su amigo como una señal:

"Avanzar en una dirección nueva ayuda a encontrar un nuevo queso"

El laberinto se vería oscuro y eso aumento su miedo.  ¿Estará vacío? ¿Qué habrá allí adentro? ¿Habrá peligros escondidos?
Se dió cuenta que todos sus miedos no le ayudaban, solo empeoraban las cosas.  Entonces decidió hacer lo que haría si no tuviera miedo: avanzar en una nueva dirección.
Al aventurarse nuevamente se dió cuenta que se sentía libre, tenía confianza en lo que le esperaba, aunque aún no sabía lo que era.

¿Por qué me siento tan bien? - se preguntó.  Y no tardó en darse cuenta por qué se sentía así.
"Cuando dejas atrás el miedo, te sientes libre"

Y con esa sencación de libertad empezó a dibujar en su mente lo que tanto estaba buscando: se veía sentado en medio de muchos de sus quesos favoritos.  Tuvo una visión de lo que encontraría si seguía buscando.
Y mientras más clara era esa visión, más sentía que podía alcanzarla.

"Imaginarse disfrutando del queso nuevo antes incluso de encontrarlo, conduce hacia él"

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