Decidió llevarle unos pedazos de queso a su amigo y empezo a recorrer el laberinto de regreso. En su camino escribió:
"Cuanto antes se olvida del queso viejo, antes se encuentra el nuevo queso"
Llego a la central quesera y encontró a su amigo allí. Le ofreció del nuevo queso había encontrado pero su amigo lo rechazó. El quería su viejo queso de regreso, no probar un nuevo queso.
Entonces decidió volver a la búsqueda y recorrió lugares del laberinto que no conocía. Y ahora se sentía feliz en la búsqueda del queso, aunque no estaba seguro si encontraría mas queso, ahora sabía que no era el queso lo que lo hacía sentir feliz. Ahora sabía que el miedo no lo controlaba.
Y decidió escribir nuevamente en la pared:
"Es más seguro buscar en el laberinto que quedarse de brazos cruzados sin queso"
Antes pensaba que el queso no debía moverse de su lugar y que los cambios no eran buenos. Ahora veía que los cambios constantes son naturales, ya sea que uno los espere o no. Y los cambios solo lo pueden sorprender a uno si uno no espera que sucedan.
"Las viejas creencias no conducen al nuevo queso"
Sus creencias determinaban la forma en la que actuaba, y ahora que sus creencias habían cambiado, estaba actuando de manera diferente.
"Cuando ves que puedes encontrar nuevo queso y disfrutar de él, cambias de trayectoria"
Al ir pensando en el camino se alegró de haber escrito frases en las paredes en diferentes puntos, porque pensó que le ayudarían a su amigo a seguir el camino correcto.
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